Calamidad a veces me llamo
Serenidad nunca te hallo.
Y sin querer siempre nos vamos.
Complicidad siempre me gusta
Felicidad a veces te asusta
Y sin valor nunca nos gusta.
Soledad nadie te aplaude
Frivolidad es un defraude
Y con amor a veces acude.
Quién sabe el apellido
Que la vida nos pone.
No puede ser elegido
Y de él no se dispone.
Renegar de sus orígenes
Es perder su propia identidad.
Renunciar a sus genes
Es enterrar su primera entidad.
Aceptar quienes somos
Es lo más grato y difícil.
Aparentar lo que no somos
Lo más ingrato y vil.
Jueves 9 de febrero de 1995
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